
- 750 ml agua
- 400 g azúcar
- 150 ml ron (puede ser un vino dulce tipo Málaga]
- 1 vaina de vainilla
- 1 corteza de naranja, limón o lima
Para el brioche:
- 300 g harina de fuerza
- 45 ml leche entera
- 21 g de levadura fresca
- 2 huevos
- 25 g azúcar
- 5 g sal
- 115 g mantequilla
Para adornar:
- nata montada
- fresas o cualquier fruta
Es un clásico de la pastelería, delicado y suave; un postre que no deja indiferente.
Es un brioche que una vez horneado se baña en almíbar, no es nada empalagoso, ni tiene fuerte sabor a alcohol, esta acompañado de un chantilly y fresas.
Preparamos el almíbar, para ello ponemos un cazo a fuego alto el agua, el azúcar, la vaina de vainilla y la corteza de cítricos.
Cuando comience a hervir bajamos la temperatura a fuego medio y dejamos que hierva como máximo 5 minutos. Retiramos del fuego y dejamos reposar 5 minutos.
Retiramos la vainilla y las cortezas y añadimos el ron. Removemos y dejamos reposar 5 minutos más.
Para preparar el brioche, ponemos en el bol de batidora la harina, el azúcar y la sal y añadimos la levadura disuelta en la leche templada. Mezclamos durante un par de minutos.
Añadimos poco a poco los huevos, ligeramente batidos y seguimos mezclando hasta que se integren y la masa sea lisa.
Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente y batimos a velocidad media-alta hasta que la mantequilla se integre por completo y la masa sea lisa.
Engrasamos un molde de corona y ponemos la masa, tapamos con un paño limpio y dejamos que leve durante 1 hora en un lugar cálido sin corrientes de aire.
Horneamos durante aproximadamente 30 minutos en un horno precalentado a 180 º C.
Retiramos del horno y desmoldamos sobre una rejilla y dejamos reposar durante 15 minutos.
Ponemos el almíbar en un recipiente hondo e introducimos el savarīn, dejamos que se remojen por completo dando la vuelta delicadamente. Colocamos sobre una rejilla y dejamos que repose durante al menos 1 hora.
Con la nata montada decoramos el hueco de la rosca con una boquilla estrellada y adornamos con
frutas o nueces. . Podemos dar un poco de brillo al pastel, pincelando con una cucharada de mermelada de albaricoque caliente diluida en una cucharadita de agua.
La receta la ví en Sophie Bakery.